El diagnóstico precoz de los problemas de visión en los niños juega un papel clave en su desarrollo y aprendizaje. Algunos trastornos, como el estrabismo y la ambliopía, pueden corregirse con éxito si se detectan a tiempo. Se recomienda a los padres que estén atentos a signos como dificultad para leer, parpadeo frecuente, dolores de cabeza o fatiga visual. Los exámenes periódicos por parte de un oftalmólogo pediátrico ayudarán a detectar y tratar rápidamente la discapacidad visual en los niños.
La nutrición juega un papel importante en el mantenimiento de la salud ocular. Las vitaminas A, C y E, así como minerales como el zinc y los ácidos grasos omega-3, ayudan a mantener la agudeza visual y prevenir enfermedades oculares. La vitamina A es necesaria para una buena visión nocturna, la vitamina C fortalece los vasos sanguíneos de la retina y la vitamina E protege las células oculares del daño. Incluir en tu dieta alimentos ricos en estas vitaminas, como zanahorias, cítricos, frutos secos y pescado, ayudará a mantener la salud ocular.